Los abalorios son objetos pequeños de forma esférica con una perforación, que se pueden unir para formar collares o brazaletes, o también pegar sobre la ropa o muebles. Pueden encontrarse de diversos materiales como de madera, de marfil, de coral, de semillas, de hueso, de asta, de nácar, de perlas, de azabache, de piedras preciosas, de metales, de plástico cerámica, Murano, cristal checo o cristal swarovski. En el paleolítico ya se usaban como amuletos (y aún son usadas en algunos lugares) al pensar que los mismos poseen propiedades mágicas. Desde la antigüedad también son usadas como decoración. Al ser fáciles de trasladar fueron usadas también como dinero. Algunos descubrimientos arqueológicos sugieren que ya se utilizaban en la antigua Mesopotamia así como también en la India, en forma de collares de cuentas de oro. En Egipto los nobles regalaban collares con cuentas de piedras preciosas de colores, así como también de cristal o cerámica. Los nobles mongoles y los cortesanos de Bizancio llevaban collares de perlas consigo. En Norteamérica, los indígenas y algunas tribus africanas utilizaban collares de abalorios pequeños. Los aztecas utilizaban los mismos como parte de sus vestimentas Maxtil, sobre el cual se colocaba un manto (que los más ricos adornaban con plumas o cuentas doradas). Los abalorios pueden ser de distintos materiales, colores, formas y calidades. Dentro de la inmensa cantidad de materiales que son susceptibles de ser englobados en el término abalorio se están imponiendo los cristales. Entre los cristales destacamos varios tipos: cristal austríaco, cristal de Bohemia o cristal checo y el cristal de Murano. Aparte de estos tipos también se están imponiendo los cristales fabricados en Asia. Entre todos ellos hay que destacar un tipo de cristal austriaco, que por su calidad, brillo y variedad de formas y colores tiene nombre propio: el cristal de Swarovski.
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